1.
Presentación de Aldarrikatu…
Quienes somos.
Gizarte Hezitzaileak ALDARRIKATU
surge desde un grupo de educadoras y educadores sociales que desarrollamos
nuestro trabajo en el ámbito de la intervención social en Bizkaia. Somos un
grupo abierto a otros profesionales, incluyendo personas que sin estar necesariamente
autorizadas por lo universitario desempeñen funciones propias del educador
social y participen de un interés común por esta figura en equipos interdisciplinares.
Como decía, somos un colectivo de personas, en su mayoría
educadores sociales, que nos hemos juntado movidos por un sentimiento de
desasosiego y preocupación ante la deriva actual que está tomando nuestra
profesión. Primordialmente, lo que nos junta
y nos interroga son los cambios metodológicos, que en forma de protocolos y
modelos de intervención clínicos (y por qué no decirlo, de corte empresarial),
arrastran a la profesión hacia la deshumanización, lejos de unos modelos de
intervención basados en la relación y en la cercanía.
2.
Comisión de Difusión y redes
sociales…
Aldarrikatu nace con el objetivo de poder ser un espacio de contraste y reflexión crítica que
permita generar argumentos y alternativas que nos ayuden a modificar la
tendencia actual de intervención y gestión de la acción social. Teniendo
entre nuestros objetivos la visibilización de nuestra profesión, y la
reivindicación de nuestra función y utilidad sociales. Para ello hemos creado una Comisión de trabajo para la difusión y
comunicación, blog y redes sociales.
Se trata, a su vez, de la creación de un espacio donde el
profesional de la intervención social pueda tomar la palabra. De alguna forma nos autorizamos como garantes de
un modelo de practicar la educación social, en oposición a otras modalidades más
controladoras y, menos respetuosas con los sujetos.
3.
Qué modelo de intervención social
proponemos…
Proponemos una
intervención social ética,
comprometida y transformadora, capaz de atender a la subjetividad de cada
persona y a los nuevos espacios de construcción del lazo social en la
actualidad. Atendiendo a una ética
urbana, social e integradora que cuenta con la comunidad como sujeto activo,
destacando el elemento social como punto de anclaje y orientación de nuestras
actividades.
Y en consecuencia nos interesa indagar en un modelo de intervención social capaz de
introducir en su seno la reflexión, la duda y el cuestionamiento de nuestras
prácticas profesionales, así como el
“no saber” inherente a toda disciplina que pretenda abordar el trabajo con
personas, de cara a profundizar en las nuevas derivas de la Educación Social en
nuestros días.
Comprometidos con nuestra profesión y movidos por el respeto
que nos producen las personas a las que atendemos pensamos que es necesario crear espacios y tiempos nuevos para la
reflexión, de cara a producir unas prácticas profesionales que tengan en
cuenta la subjetividad de nuestra época.
4.
La sociedad de Control…
Sin ir más lejos, la semana pasada veía una viñeta en un
periódico, un chiste gráfico, en el que se representaba a un paciente tumbado
en una camilla de un hospital, indefenso, que preguntaba a su médico “¿Cual es
mi diagnóstico?” a lo que el médico respondía “No rentable”.
Quiero decir con esto,
y no es nada nuevo, que debemos estar advertidos que en la actualidad se ha
producido un cierto deslizamiento donde el objeto de algunas de las disciplinas
que se dedicaban al trato con las personas ha dejado de ser la persona para ser
el mercado, LO RENTABLE. Y esto ocurre en la intervención social, en la
educación social y en el trabajo social, pero también en la medicina, en la
salud pública, en la psicología o en el arte, entre otras. Es lo que algunos de
los sociólogos de la posmodernidad, como Richard Sennet o Zigmunt Bauman, han
dado en calificar como la sociedad de
control.
5.
Comisión de trabajo Marco
Teórico…
El control social, el
mercado y lo empresarial avanzan ocupando posiciones entre los diferentes
discursos y disciplinas de la época. Vaciando los discursos de contenido, agujereándolos
y dejando solo la carcasa. Queda el edificio, pero no el cuerpo teórico.
Por esto, una de nuestras propuestas desde ALDARRIKATU es, precisamente,
ahondar en el marco teórico de
nuestra profesión, y a tal fin, hemos creado una comisión de trabajo. Que consistirá, a su vez, en velar por la
ética y las buenas prácticas en nuestra profesión.
6.
Un ejemplo de nuestra práctica…
El otro día, un educador en prácticas vino muy confundido
porque a él le interesa mucho producir una intervención social que atienda a la
persona, a su relato, a sus dificultades, en definitiva, trabajar con lo que trae
el sujeto; esto, como punto de partida, es una muy buena orientación. Pero es
que su tutora de prácticas le había dicho que todo esto lo borrara, que de lo
que se trata es de hacer derivaciones y gestiones. Y claro, como es lógico,
venía el chico muy contrariado por esto.
Así, las personas dejan de ser protagonistas para convertirse
en números, objetos derivables, cuantificables, rentables o no rentables. Y
donde l@s profesionales de la educación social nos convertimos en peones a
favor de la burocratización y la protocolarización.
Nos estamos dedicando en gran parte, como educadores, a
rellenar las casillas y las categorías, a rellenar formularios poniendo aspas y
cruces, EN EL LUGAR, EN LA CASILLA donde deberíamos colocar el verdadero objeto
de nuestra profesión: la persona, su palabra, su historia personal, el aspecto
relacional de la intervención social como agentes generadores de cambio. A nosotr@s lo que nos interesa producir, en
todo caso, son casillas vacías, capaces de acoger la singularidad de aquellas
personas a las que atendemos.
7.
Por último quería finalizar con
una cuestión…
¿Qué nos interroga a
cada uno de nosotros en relación a nuestra posición como educadores?
Este punto de interrogación es
fundamental para todos y cada uno de los que hemos decidido dedicarnos a esta
profesión tan particular. Necesitamos
producirnos como educadores que se interroguen sobre su propio deseo en
relación a nuestra disciplina. ¿Cuál es
el deseo de ser educador? Es muy curioso que existan personas que se
quieran dedicar a tratar o conversar con el malestar y la dificultad de otros.
Ya que cada uno de nosotros tiene, a su vez, su propio malestar y su propia
dificultad.
Para
poder tratar con el malestar del otro, uno debe previamente ser capaz de
interrogarse sobre su propio malestar, atravesarlo y nombrarlo. Necesitamos educadores con un fuerte deseo,
que no vayan a dimitir de su función.
Y esto es, precisamente, lo que va a
poder poner en marcha un discurso posmoderno de la educación social atendiendo
a la subjetividad de nuestra época.
Como
decía Jaques Lacan en su texto Función y
campo de la palabra y el lenguaje:
“Mejor pues que renuncie
quien no sea capaz de unir a su horizonte la subjetividad de su época”.
Las
personas que nos dedicamos al campo de la intervención social debemos tomar la palabra, hablar de nuestra
propia práctica. De lo contrario… Otros lo harán por nosotros.
Cosme Sánchez Alber
26 de Abril del 2012,
Bilbao.
Extracto de la
entrevista realizada en Hala Bedi Irratia.